Ahora
sí, ¡MI PRIMER VIAJE realmente SOLO! Viví muchas experiencias
nuevas en el que puedo considerar ¡el mejor viaje que jamás haya
realizado! (A pesar de los errores de novato que cometí).
No
solo fue el hecho de viajar solo, también era la primera vez que
hacía ‘couchsurfing’ en solitario. Dos días en Ámsterdam y
otros dos en Leiden. Mis ‘host’, Manisha (Ámsterdam) y Alexa
(Leiden).
Qué
podría decir de ellas... solo tengo palabras de agradecimiento por
tan buenos momentos que pasé. Estoy muy agradecido por todas las
molestias que se tomaron.
Para
los que no tengáis idea de qué es esto, ‘couchsurfing’ es un
sitio en internet donde te creas un perfil y puedes, o no, hospedar
gente en tu casa de manera gratuita, ya sea para practicar un idioma
o para tener compañía y que estos te cuenten sus aventuras, etc. Es
una comunidad increíble y la recomiendo muchísimo.
Pero
vayamos por partes, como decía Jack el destripador.
-
Mi destino: Holanda, Países Bajos o como queráis llamarlo... Para
mí, el mejor lugar para tener un comienzo. Fecha de inicio: 6 de
Mayo 2016. Fecha de vuelta: 10 de mayo 2016.
-
Mi itinerario: ¡¡¡era un poco de LOCOS!!! Estaba tan emocionado y
exaltado que intentaba en tan solo cuatro días visitar lo máximo
posible... De ahí que muchas de las cosas no pudiese verlas o
hacerlas... (¡¡PRIMER ERROR DE NOVATO!! ¡INTENTAR ACAPARARLO
TODO!) ¡¡Pero volveré!! (A lo Schwarzenegger).
Dicho
esto, MI ITINERARIO, de locos, era en un principio: Amsterdam,
Harleem, La Haya, Leiden, Rotterdam, el parque de Keukenhof y
Ultrech.
Al
final, lo hice casi todo salvo Ultrech. Eso sí, más bien fue una
carrera de fondo por las ciudades, sin parar en ninguna zona
específica ni deleitarme con ninguna atracción especial. (¡SEGUNDO
ERROR DE NOVATO! Ahora comprendo que al menos debí visitar algún
museo). Aunque en mi defensa diré que intenté ir al museo de Anne
Frank, pero llegué tarde a la venta de entradas online (se venden
muy rápidas) ¡Y la cola para comprarla allí era una LOCURA!
Os
preguntaréis, ¿por qué el mejor país para tener un comienzo?
Desde mi humilde opinión, Holanda es un país con una cultura tan
variada (allí conviven un montón de personas de diferentes
culturas) y la mentalidad de la gente holandesa es simplemente...
Increíble.. ¿Cómo descubrí eso? Muy sencillo, conociendo la
historia del lugar mediante un Tour y viviendo durante unos pocos
días allí.
DÍA
1: 6 de MAYO 2016.
Llegó
el día. Salgo desde Ginebra (Suiza) y aterrizo en Ámsterdam sobre
las 20.50 horas.
Primer
reto: ¡encontrar a la chica de ‘couchsurfing’!
Aunque
todo está hablado y ‘pactado’, cuando eres novato tienes tus
dudas y desconfianzas...
Llegas
a un nuevo país, no tienes reserva de hostel/hotel/B&B... Solo
la palabra de alguien con quien has cruzado cuatro mensajes... ¡A
pesar de todo decides seguir adelante ya que es la aventura!
Nada
más aterrizar contacto con Manisha y decidimos quedar en un bar
llamado ‘COTTON CLUB’ que se encuentra en la plaza Nieuwmarkt.
Todos
los viernes por la noche mucha de la gente que hace ‘couchsurfing’
se reúne en este club. Si queréis conocer gente os recomiendo ir
allí.
Cojo
el metro desde el aeropuerto hasta Ámsterdam.
Ahora
sí, gracias a la bendita tecnología de hoy y al GPS me pongo en
camino hacia la plaza Nieuwmarkt, pero no sin antes hacer unas fotos
y disfrutar de la belleza de Ámsterdam de noche. ¡Qué increíble
estampa!
Y
seguimos nuestro camino, dirección ‘COTTON CLUB’. Al llegar,
espero en la puerta e intento buscar a Manisha (no la veo por ningún
lado). Le mando un WhatsApp pero no le llega el mensaje... Lo que se
me pasa por la cabeza en esos momentos es todo malo... "Mierda,
ahora tengo que buscar un hotel, hostel...", "me ha dejado
tirado", etc. Así que decido seguir buscando y en vez de
esperar en la puerta paso dentro.
Y
allí estaba. Mi gran sorpresa: estaba en una reunión de gente
‘couchsurfers’ (tanto ‘host’ como ‘guest’).
No
hay mejor experiencia que encontrarte el primer día con tanta gente
nueva y hacer amigos/conocidos de una manera tan fácil. Además te
das cuenta de que no eres el único que hace eso.
¡Conoces
tantas historias que al final te entran aún más ganas de viajar y
cada vez por más tiempo!
Después
de esta primera e inmejorable parte me dirijo a casa de Manisha,
junto con 3 chicos más (un búlgaro, un canadiense y una mexicana),
a descansar para comenzar la aventura temprano.
DÍA
2: 7 de MAYO 2016.
No
eran ni las 8 A. M. y ya estoy de pie. Emocionado, excitado por
conocer Ámsterdam.
Por
internet había conseguido apuntarme a un tour ‘gratuito’
(son de esos que al final das dinero según tus posibilidades). La
hora de la cita: 10.30 A. M. Lugar: Plaza Dam.
Dos
horas y media antes de que comience el tour, decido patearme la zona.
Tengo que aprovechar cada minuto si pretendo realizar mi itinerario
de locos.
No
puede haber mejor comienzo para mi aventura que la Plaza Dam. Sitio a
partir del que se había comenzado a construir Ámsterdam.
Justo
allí, puedo ver unos cuantos monumentos turísticos como son: el
Monumento Nacional, el Palacio Real, la Iglesia Niewe y el Museo
Madame Tussaud.
Compro
un mapa en la oficina de turismo, que se encuentra justo al lado de
la estación de tren.
¡Nota
informativa! Los mapas turísticos en Holanda son todos de pago.
Ahora
sí, con mapa en mano continúo recorriendo Ámsterdam.
Durante
mi recorrido, al ser primera hora y sábado, no hay casi nadie en la
calle (como podéis apreciar en las fotos) pero a partir de las 9 A.
M. Ámsterdam se levanta y las calles están repletas de gente.
Espero
al tour, que me enseña las zonas más turísticas de Amsterdam
durante unas 2 horas y media, o quizás fueron 3 horas.
Conozco
gente de Sudamérica (México, Argentina, Venezuela). Yo soy el único
que vengo de España. Reímos, me cuentan dónde habían estado, etc.
La mayoría se encuentra haciendo un tour por Europa.
Después del tour vuelvo a recorrer todo pero con más detenimiento.
Visito
el barrio Jordam, donde se encuentra la casa museo de Anne Frank.
Camino por la orilla de los tantos canales que hay en Amsterdam (de
ahí que se le llame la Venecia del Norte), voy al barrio judío, al
barrio chino, al mercado de las flores, y a otros tantos lugares,
hasta que por la tarde-noche me dirijo al famoso Barrio Rojo para
conocer un poco la vida nocturna de Ámsterdam.
Me
recorro casi todo Ámsterdam en un día y otro error que cometo es...
¡No llevar unas zapatillas adecuadas para caminar!
Sinceramente,
no había visto jamás en mi vida nada parecido al Barrio Rojo:
grupos de gente, tanto hombres como mujeres, parejas, solteros, todos
caminando por un sitio que tiene como fin el entretenimiento sexual.
Hablo con porteros (colombianos, holandeses), señoritas de compañía
e incluso hago un amigo italiano cuando ambos nos encontrábamos
sentados en la orilla del río bebiendo una cerveza.
Esta
es la magia de viajar solo; conoces gente, no tienes vergüenza,
estás a gusto contigo mismo y, lo más importante, no te sientes
obligado a ir a ningún sitio porque no rindes cuentas a nadie más
que a ti mismo.
Al
final de la noche, y después de casi 13 horas caminando, voy a
reunirme con Manisha en otro club donde hay otra reunión de
‘couchsurfers’, hasta que decidimos ir a descansar.
Algo
que me resulta muy curioso cuando voy a picotear por Holanda es que
no es un país que destaque especialmente por su gastronomía.
La
guía me recomienda el único sitio que ella conoce en el que sirven
platos holandeses (podemos contarlos con la mano). Podemos decir que
Pizzas, Kebab y sobre todo comida china es lo que más nos
encontrarnos en Ámsterdam.
DÍA
3: 8 de MAYO 2016
Mis
últimas horas en Ámsterdam.
Al
igual que el día anterior, me levanto temprano (todos dormían aún).
La noche anterior me despedí de Manisha y le agradecí todo (siempre
hay que ser educados).
Esta vez con mochila en la espalda me decido a recorrer la zona que no había podido recorrer ayer. Me dirijo a primera hora al Barrio de los Museos y al Vondelpark. Me hago la típica foto con las letras de ‘I amsterdan’ y prosigo con mi recorrido.
Al
medio día cojo el tren que me lleva a Leiden, mi próximo destino
turístico y donde me esperaría mi segunda experiencia
‘Couchsurfing’
Al
llegar, justo en la puerta me espera Alexa, una chica holandesa muy
maja. Mi segunda experiencia ‘couchsurfing’.
Me
confundo de salida, como es habitual en mí, así que me cuesta un
poco llegar. Vamos a su piso, dejamos mi mochila y sin más dilación
nos ponemos a recorrer Leiden.
Leiden
es un pequeño pueblo de Holanda que parece sacado de una película.
Con una arquitectura similar a Ámsterdam, aunque en pequeño.
Mi guía particular, Alexa, me muestra todos los sitios que tiene apuntados en mi lista ¡E incluso muchos más! Me enseña un pequeño rincón de la ciudad que solo la gente de allí conoce, y tampoco todos...
Con
ella aprendo algunas palabrejas en holandés, aunque se me olvidan en
un par de minutos.
Al
ser un pueblo pequeñito, en menos de unas horas lo vemos entero. Nos
lo recorremos ‘de cabo a rabo’. Dado que ella tiene una reunión
con su familia por el día de la madre, yo decido moverme hasta La
Haya y continuar el itinerario
Vuelvo
a coger el tren, esta vez desde Leiden con destino La Haya.
En
un principio pensé que iba a seguir más o menos la misma
estructura, en cuanto a arquitectura se refiere, que Leiden y
Ámsterdam, pero conforme comienzo a patear la ciudad veo que no es
nada parecida
En
una esquina de la ciudad me encuentro con grandes rascacielos que
desentonan con el resto de la ciudad. Recorro el centro, pasando por
el barrio chino (sí, aquí hay una fuerte influencia de la cultura
china), me planto en Winkel Kern, Hofkwartier, Nieuwe Kern y, por
último, termino en el Vredespaleis. Aunque claro, antes de subir a
la otra punta de la ciudad hago una pausa en Historische kern, que
hay un parque muy bonito para descansar y tomar una pausa. ¡Los pies
los tengo en sus límites! (malditas zapatillas, quién me mandaría
a no meter unas más adecuadas...)
Lo
más impresionante es la cantidad de esculturas que hay a lo largo de
toda la gran vía o calle principal.
Al
finalizar el día vuelvo a Leiden a descansar y me encuentro una rica
cena holandesa preparada por una chica holandesa muy simpática que
me esperaba.
DÍA
4: 9 de MAYO 2016.
Sigo
con las buenas manías y a las 7:00 A.M estoy de pie. Destino: el
parque de tulipanes de Keukenhof.
Había
visto algunas imágenes en internet y la verdad es que me llamó
mucho la atención. Así que decido visitarlo para comprobar si las
fotos se corresponden a la realidad. Y, en efecto, mis expectativas
se ven saciadas.
Para
mi grata sorpresa el parque es más grande de lo esperado, así que
paso allí casi toda la mañana. Al terminar la visita, cojo un bus
que me lleva directo a Haarlem.
Me
dirijo a la oficina de turismo de Haarlem para no perder las buenas
costumbres. Allí compro un mapa, pregunto dudas y sitios que quiero
visitar. Acto seguido continúo con la caminata, que cada vez se va
haciendo más dura.
Por cierto, si os interesa alquilar una bici, el sitio más barato es justo al lado de la gare. Por menos de 10 euros tienes una bicicleta para todo el día
Empiezo
justo en el Grote Markt y voy tachando cosas de mi lista. En la plaza
me encuentro con el Corrie ten Boom Museum, Hoofdwacht, De Hallen en
Archeoogisch Museum, etc.. Pero hay un sitio al que realmente quiero
ir y ese sitio es el Molino de Adriaan.
La
caminata por Haarlem es muy entretenida, aunque vuelvo a perderme y
una mujer holandesa muy maja, al ver mi careto de perdido, decide
echarme una mano. Gracias a esto puedo continuar mi camino.
Hago
una gran pausa, ya que los pies no me dan para mucho más. Me tomo
una buena cerveza holandesa (Amstel) sentado justo al lado del Molina
de Adriaan.
Al finalizar el día vuelvo a Leiden en tren y preparo una buena cena de tapeo a Alexa como agradecimiento por su hospitalidad.
DÍA
5: 10 de Mayo 2016
Llega
la despedida de Holanda y de nuestra huésped. pero no sin antes ir a
Rotterdam, una ciudad arrasada por los bombardeos de Hitler al
ver que los holandeses no quería unirse a su cruzada. Aunque al
final, debido a la presión no les quedó más remedio que unirse.
Lo
primero que me llama la atención es lo grande que es la ciudad sobre
el mapa (ya sabía que iba a sudar a la hora de recorrerla, para
colmo voy con la mochila a cuesta y los pies a punto de decir basta)
así que me pongo manos a la obra. O mejor dicho, pies al asfalto.
Nada
más salir me quedo en shock debido a la gran diferencia de las otras
ciudades holandesas con esta. Sus enormes rascacielos y su moderna
arquitectura no encajan con lo que hasta ahora he visto en Holanda.
Rotterdam
es un sitio en el que encuentro de todo. Enormes y modernos edificios
mezclados con una pequeña parte de construcciones típicas
holandesas. Las posibilidades en esta ciudad son infinitas.
Recorrer
a lo largo de sus calles y descansar un momento en sus centro es una
de las mejores experiencias que pude tener.
Visito
todos los sitios marcados en el mapa, desde la estacíon central
(donde podemos encontrar la oficina de turismo) hasta el punto más
alejado, Stadsbrouwerij De pelgrim. Allí se encuentra otro de los
molinos tradicionales de Holanda.
Holanda
es el comienzo de una locura tan buena como es la de viajar solo.
Viajar
sin compañía implica recorrer y ver nuevos sitios, conocerte a ti
mismo, saber dónde están tus límites y sobrepasarlos, implica
conocer nuevas culturas, nuevas personas, ser más tolerante.
Viajar
es lo mejor que he podido hacer hasta el momento.
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